La logística comenzó cuando conformamos un grupo de 17 personas y contratamos al equipo de Soy Tu Guía, a quienes ya yo conocía, porque anteriormente hice la Ruta por el Centro de Caracas con ellos – y la repetí varias veces.
Lo que me encanta de esta empresa turística, es que aunque visites los mismos lugares, la experiencia siempre va a ser súper distinta, pues los guías de cada tour van cambiando, y cada uno te va explicando y narrando la historia desde una perspectiva diferente.
La dinámica es muy cómoda y segura, porque puedes dejar el carro estacionado en el C.C. San Ignacio, que es el punto de encuentro, y allí abordas una mini-van que moviliza a todo el grupo.
Primera Parada: Parque Los Caobos
Fue inaugurado en 1920 en los terrenos de la antigua hacienda «La Industrial», con el nombre de «Parque Sucre», en honor al héroe nacional Mariscal Antonio José de Sucre. En 1937 su nombre cambia a ser «Parque Los Caobos», debido a la gran cantidad de árboles de este tipo que se extienden a lo largo de las 40 hectáreas del parque. Entre 2017 y 2018, retoma el nombre «Parque Sucre Los Caobos» por una ordenanza municipal.
Está ubicado en la Av. México, y conecta las parroquias de La Candelaria, El Recreo y San Agustín. Es el segundo parque más antiguo de Caracas (el primero es el Parque «El Calvario», inaugurado a finales del siglo XIX).
Al llegar, el sonido de las chichcarras era casi ensordecedor, y se hacía más intenso a medida que nos adentrábamos en el parque. Me encantó la sensación de estar inmersa en la naturaleza, a pesar de estar, en realidad, en pleno centro de la ciudad.
Fuente Venezuela
El principal atractivo es la emblemática «Fuente Venezuela», diseñada por el artista español, Ernesto Maragall. Inicialmente estuvo ubicada en Plaza Venezuela, pero fue trasladada al Parque Los Caobos en 1967. La fuente de concreto y 1,60m de longitud, está conformada por cinco esculturas gigantes, y cada una de ellas simboliza una zona de Venezuela: Caribe, Los Andes, Warairarepano, Orinoco y Los Llanos.
El Pensador
Elaborada por el escultor venezolano James Mathisson. La obra representa una cabeza humana en posición acostada. Es hueca, metálica y agrietada, y muestra expresión de preocupación. Debería estar en medio de un espejo de agua, pero, en el momento de nuestra visita, la piscina estaba vacía.
Elefante Africano Dorado
La gran escultura de tamaño real, fue una donación de la empresa italiana Trend Group en 2014, una de las principales productoras de mosaicos de vidrio de colores en el mundo. Los materiales son metal, fibra y resina. El exterior está conformado por mosaicos de vidrio dorado brillante.
Ícaro
Del escultor venezolano, Felipe Herrera, es una escultura de un hombre con dos grandes alas, sentado con expresión de tristeza.
Segunda Parada: Plaza de los Museos
A medida que caminábamos y disfrutábamos de las diferentes obras de arte expuestas en el parque, conectamos con la Plaza de los Museos, en cuyos dos extremos se encuentran el Museo de Bellas Artes, y el Museo de Ciencias.
Tercera Parada: Museo de Bellas Artes
Fundado en 1938 y diseñado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, es una estructura de estilo neoclásico. En 1976 sus espacios fueron cedidos a la Galería de Arte Nacional, en espera de la adjudicación de sus propios espacios. Fue en 2008 que el Museo de Bellas Artes recuperó su edificio original.
Cuarta Parada: Galería de Arte Nacional (GAN)
La Galería de Arte Nacional reposa sobre una estrcutra inconclusa, justo frente a lo que debía ser la «Plaza Galería de Arte Nacional» o «Paseo Vargas», que fue proyectada sobre un gran lote de terreno abandonado por décadas tras la construcción de Parque Central y el Metro de Caracas (a finales de los 80, aproximadamente en 1988).
Así se encuentra la entrada de la Galería de Arte Nacional en la actualidad, una muestra no sólo de un proyecto inconcluso, sino imposible de retomar, debido a la estrcutura de Misión Vivienda construída justo frente a la GAN.
Fue consolador entrar a la GAN y ver su riqueza en obras, estrcutura y mantenimiento. Nos deleitamos con obras de Armando Reverón, Cristóbal Rojas, Arturo Michelena, Andrés Pérez Mujica, y obras del movimiento artístico «El Techo de la Ballena».
Quinta Parada: Museo de Arte Contemporáneo Armando Reverón
Nuestra quinta y última parada fue en el Museo de Arte Contemporáneo Armando Reverón (antes llamado MACCSI: Museo de Arte Comtemporáneo de Caracas Sofía Ímber).
Cuenta con obras de grandes artistas nacionales e internacionales, como: Picasso, Soto, Cruz-Diez, Alejandro Otero, Alexander Calder, Piet Mondrian, entre muchos otros.
El museo tiene numerosas salas de exposición, pero sólo habían dos abiertas al público. El resto de las galerías estaban cerradas por mantenimiento.
Al igual que en el resto del recorrido, vimos obras expuestas tanto en el interior, como en el exterior del museo, confirmando la frase que nos dijo el guía al principio de nuestro paseo, y que me marcó: Caracas es un museo a cielo abierto.
Sin duda alguna, es una ciudad-museo que en sus años de oro fue pionero en América Latina en obras de infraestructura y arte, pero que lamentablemente, en este recorrido que hicimos, dejó ver sus costuras.
Los museos están muy poco mantenidos, ninguno contaba con aire acondicionado. Las entradas a todos los museos eran gratuitas, con lo que pudimos constatar que, al no levantar ingresos en las entradas, el mantenimiento es muy pobre. Los museos también están pobres en obras, con muchas salas de exposición cerradas y algunas paredes vacías. En el MBA, por ejemplo, la Cinemateca estaba totalmente abandonada.
A pesar de lo malo, ¿repetiría el paseo? Sí, sí y mil veces sí, porque me gusta conocer, disfrutar esos espacios, respirar cultura y hacer turismo en mi ciudad.